¿Quién no conoce este juego?
Conocido como el mejor videojuego de rol de acción de la historia, Dark Souls, nos introduce en un mundo oscuro en el que se nos presenta un humano pretérito, nacido de las sombras que la disparidad de la Primera Llama creó con su luz, en un tiempo arcaico gobernado por unos dragones inmortales. Los humanos, como entidades deformes e incompletas, gracias a este fuego, comenzaron a obtener su humanidad a través de las almas que obtenían de él. Pero como todo, existe un ciclo que debía cumplirse y la Primera Llama comenzó a apagarse, dando como resultado que, aquellos humanos huecos que consiguieron almas llamadas “Las Almas de los Dioses”, temiendo que si se apagaba la llama primigenia ellos mismos perderían su poder y todo involucionaría, decidieron impedir que la Primera Llama se apagara. En concreto, uno de ellos, el más poderoso, llamado Gwyn y conocido como “Señor de la Luz”, se sacrificó a si mismo para avivarla algo más, cosa que alteró el ciclo Luz-Oscuridad.
Pues bien, hasta aquí me quedo en cuanto al contexto en el que se desarrolla la historia. La verdad es que es tremendamente atrayente y se expresa perfectamente en la estética del juego, donde, construcciones imponentes de piedra con inmensos castillos y torreones, junto con lúgubres laberínticos subterráneos y parajes desolados, dan forma y fuerza a un universo que ha creado una escuela de fuertes adeptos.
Pero hay más: los enemigos, los jefes, las armaduras que puedes llevar, los personajes no jugadores; todo, absolutamente todo, guarda ese gusto amargo de tonos muertos, que hacen del propio visionado artístico del juego una obra maestra.
La trilogía de juegos que representan Dark Souls como ya os digo es una maravilla (aunque sé que la segunda parte tuvo sus críticas, no es un mal juego ni mucho menos). La jugabilidad es perfecta y menos mal que es así, porque son juegos muy duros, aunque gracias al planteamiento y al diseño de escenarios que nos presentan, son superadictivo y muy, muy rejugables. Y para no extenderme más y terminar, si me preguntarais por uno en concreto de toda la saga, optaría por la tercera entrega. Aunque, ya que estáis, haceros con todos.
La llamada de Cthulhu
Sé que, como videojuego, quedó a mitad de camino de ser un grande y que la mayoría de jugadores están esperando a The Sinking City, pero, para el amante de Lovecraft, La llamada de Cthulhu, sigue siendo una auténtica gozada. El timing del juego es calmado y la ambientación del mismo es prácticamente perfecta. Una ciudad costera en la que todo lo vivo parece muerto y lo muerto vivo (me gusta creer, habría hecho las delicias de Lovecraft). Como referencias literarias del juego podemos resaltar la propia obra de la que toma nombre el juego, Horror en el museo o El modelo de Pickman, cosa que, sin duda, hará las delicias de los amantes del terror cósmico más tradicional.
La historia trata de la investigación de un detective privado llamado Edward Pierce. Este detective, con ciertos problemas existenciales y que se refugia en el alcohol y las pastillas, se encuentra hastiado además por la falta de interés en el campo profesional, hasta que un día, sin más, llega a su escritorio el caso de la familia Hawkins, quienes murieron en extrañas circunstancias en un incendio, en la isla de Darkwater (ficticia) cerca de Boston. Si bien puede decirse que la trama es algo típica y que a su desarrollo le falta algo de riqueza literaria, es decente y engancha. No obstante, el que quiera puede penalizarla mucho, me parece que también tiene todo el derecho. Pues bien es cierto que, en este tipo de juegos y más teniendo en cuenta el tipo de universo del que hablamos, se exige la excelencia, porque básicamente es el único atractivo que tienen.
En referencia al estilo de juego, pienso que cuadra perfectamente con este tipo de historias: leer, investigación, misterio, etc. que se van desarrollando por una labor de búsqueda y elección de diálogos en pos de saber la verdad de lo que está pasando. Vamos, lo que viene siendo una aventura interactiva, que, como digo, es lo que pide un juego como este y aquel que haya jugado al juego de rol sabrá perfectamente de qué estoy hablando. De hecho, en cierta forma, emula esa extraña calma-tensión de cualquier sesión de rol de hoja y lapiz (salvando las distancias de lo que es jugar a Cthulhu con un buen grupo de amigos).
En resumen: si te gusta Lovecraft cómpratelo porque te va a encantar.
Little Nightmares (Contiene destripe)
Estéticamente hablando, es una obra de arte. Oscuro, con ciertos toques ochenteros y de apariencia de muñecotes animados, te transmite la extrañeza de un universo paralelo, detenido en una época que de forma misteriosa se retroalimenta en su deformidad. Evidentemente, quien vea un par de imágenes ve rápidamente toques a lo Tim Burton, aunque, por mi parte, me atrevería a decir que es más visceral y no tan infantiloide, sino más crudo y adulto.
La trama se basa en el personaje de una niña llamada Six que aparece en las bodegas de un barco enorme llamado Las Fauces. En dicho barco, parece ser que se producen todo tipo de excesos de las horrendas criaturas (las cuales son un trasunto figurado de los vicios, opulencias y partes más macabras de la especie humana), que parecen pertenecer a la clase alta de la sociedad. El barco es regentado por La Dama, una especie de entidad con extraños poderes mágicos (dándome la sensación de ser una vampiresa de la mitología japonesa). Obviamente, la meta de Six es escapar del barco, pero es que, durante esta travesía, Six sufre de extraños episodios de hambre y, en uno de ellos, uno de los gnomos (por llamarlos de alguna forma) que nos encontramos y que vamos rescatando a lo largo de la aventura, le ofrece una salchicha, ella, sorpresivamente, la rechaza, eligiendo en lugar comerse al gnomo. Aquí es cuando te das cuenta de que, muy probablemente, La Dama y Six, sean de la misma especie. Y hasta aquí dejo el destripe de la historia.
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