Bajo los tres picos que se levantan como titanes,
Bajo los tres picos que se levantan como titanes,
Existe una gruta oculta que esconde secretos en sus entrañas,
Allí donde viven los muertos que aún respiran como los hombres,
A pesar de que sus almas malditas ancladas se encuentran en el infierno.
Todos y cada uno de los meses,
Cuando la luna llena cruza los estrellados cielos,
La entrada toma forma en la misma falda de las montañas,
Y ofrece campo y libertad para aquellos que en las profundidades moran.
En esas noches ni grillos ni sapos ni lobos ni búhos se escuchan en el bosque,
Pues presos del miedo guardan silencio,
Solamente al viento cantando oyes con un triste lamento que los huesos hiela,
Vibrando entre las ramas podridas de los árboles ya muertos.
Entonces, en la lejanía, se levantan los agudos y horribles silbidos que los acompañan,
Junto con los alaridos rotos de sus espíritus en frenesí,
Así danzan y recorren todo el bosque,
Así buscan la sangre de todo ser.
Y no será hasta que la luna desaparezca,
Hasta que su último hálito luminoso se pierda melancólico tras los tres picos,
Que estos engendros apaguen sus gritos,
Y retornen a sus nidos bajo la tierra oculta que esconde secretos en sus entrañas,
Allí donde viven los muertos que aún respiran como los hombres,
A pesar de que sus almas malditas ancladas se encuentran en el infierno.
Todos y cada uno de los meses,
Cuando la luna llena cruza los estrellados cielos,
La entrada toma forma en la misma falda de las montañas,
Y ofrece campo y libertad para aquellos que en las profundidades moran.
En esas noches ni grillos ni sapos ni lobos ni búhos se escuchan en el bosque,
Pues presos del miedo guardan silencio,
Solamente al viento cantando oyes con un triste lamento que los huesos hiela,
Vibrando entre las ramas podridas de los árboles ya muertos.
Entonces, en la lejanía, se levantan los agudos y horribles silbidos que los acompañan,
Junto con los alaridos rotos de sus espíritus en frenesí,
Así danzan y recorren todo el bosque,
Así buscan la sangre de todo ser.
Y no será hasta que la luna desaparezca,
Hasta que su último hálito luminoso se pierda melancólico tras los tres picos,
Que estos engendros apaguen sus gritos,
Y retornen a sus nidos bajo la tierra.
Michel Wake
Comments